miércoles, 7 de octubre de 2009

Semblanza de José Amancio Tejada Terán

Don Amancio, el Hombre de la Radio en Chepén
Carlos A. Elías Rázuri

Era el verano de 1958 cuando vi a don José Amancio subido en una escalera, sibre la pared de doña Rebeca Muñoz en la cuadra dos de la calle Guadalupe, aconpañado de unos muchachos, claveteando en el borde del techo un palo mediano para luego hacerlo con otros mas pequeños en forma de cruz y colocar en la parte superior un parlante después de haber traído desde tres cuadras arriba y por sobre los techos, el cordón del parlante.

En realidad era todo un cableado, cruzando calles para hacer llegar la voz y la música por las principales calles del pueblo. ¡¡A la pucha la cantidad de cordón eléctrico caminando por los techos desde la cuadro 6 de la calle Trujillo donde quedaba la radio, hacia el mercado de abastos, y del mercado hacia la plaza de Armas del pueblo!!

A veces, entre los amigos de la calle Guadalupe juntábamos dinero de los cachuelos o de las pastas que vendíamos en el colegio y nos íbamos a la radio de don José Amancio, “Radio Comercial Chepen” para, una vez pagado el anuncio, nos lean la nota de saludo para alguno de los muchachos de la Sonora Chepenana por su cumpleaños, o a veces de jodidos, para que digan que fulanito se iba a casar con menganita y que doña Pancha de Hoyos iba a ser la madrina y el padrino el Chisco Farro, los que invitaban a todos los de la calle Guadalupe al almuerzo pues la enchichada y la comida iban a ponerla ellos.

Ya para ese entonces, trabajaban como locutores la señora Gloria Gonzáles y su esposo Oswaldo Julca Tejada (él con su voz impostada dándole acento a los anuncios y ella, con su voz sensual despertando mi adolescencia), recuerdo también a Estuardo Izaga y Tito Julca Tejada. Una sola persona hacia de locutor y a la vez de técnico en sonido para cambiar los discos.

Recuerdo que don José Amancio era muy amigo de mi hermano y de Edgardo Kcomt Martinez, ambos trabajaban en en la tienda de don Carlos Rázuri Ahumada, en la cuadra cuatro de la calle Lima donde vendían discos, radios y tocadiscos a corriente o de batería pero con manezuela, junto a la tienda de telas del señor Mitrani.

Dos años más tarde don José Amancio, compró un equipo transmisor de Onda Media en la frecuencia llamada Amplitud Modulada (AM) que aparecía en los aparatos de radio moviendo el dial hacia el número 620; la radio se llamó “Radio Chepén” y funcionó al final de la cuadra cinco de la calle Lima, en el local donde antes había un billar, justo al frente de lo que fue la bodega de don Víctor Chang.

Prácticamente, la radio de parlantes desapareció y todos pasaron a trabajar a Radio Chepén, sumándose a ellos como radio operadores (los que manejan el sonido y la música) Víctor Ahumada Tejada y José Fernando Elías Rázuri.

Así que dejamos de sintonizar en la radio a tubos de la abuela las emisoras que en ese entonces captábamos del exterior todas las noches aprovechando cuando la energía eléctrica llegaba a las casas desde las 6.00 p.m. hasta las 12 de la noche, y podíamos escuchar Radio Caracol de Colombia y los pasillos de Julio Jaramillo en la radio ecuatoriana La Voz de Los Andes, haciéndole competencia a las nacionales como radio La Crónica y Radio Nacional. Y ahora… ¡que chévere, una emisora local! Parece que por esta época, comienzan aparecer las nuevas emisoras en provincias así como los artefactos portátiles de radios a pilas, pero con una capacidad menor de captación.

Al parecer a don Amancio, le estaba yendo bien porque a mediados de los sesenta, decide ampliarse e instalar una nueva emisora, Radio Perú, en un local junto a la ferretería de don Goyito Tafur que estaba ubicada al final de la cuadra tres de la calle Lima, justo en la esquina del Jr. Atahualpa, engalanándola con la locución especial de don José Burga Castañeda, quien cansado de Lima y de su mazamorra le dijo adiós a Radio Nacional y se regresó a su tierra, tal vez, tentado por don José Amancio para tirarnos flores con tan formidable voz. Esto sin duda coincidía con la época en que Chepén empezaba a tener luz las 24 horas del día aprovechando la energía que venía desde la Central Hidroeléctrica de Huallanca en el Cañón del Pato desde la serranía de Ancash.

Hace cuatro años volví a ver a don José Amancio, igualito como cuando lo conocí 50 años atrás, con su misma sonrisa y voz radiofónica caminando por la vía de siempre, la calle Lima. Será verdad lo que dicen: quienes han nacido o vivido en esta calle hacen milagros o brujería, o tienen un lóbulo cerebral demás que les permite crear o conquistar el mundo, o vivir alegremente aunque después, no tengan donde caerse muerto.

¿Quienes nacieron o vivieron muchos años en esta calle?: Edgardo Kcomt Martinez, José Amancio Tejada Terán, José Fernando Elías Rázuri, Florcita Tejada Medina, Joe Medina Astudillo, Eduardo González Viaña, Isaac Goldemberg Bay, Julia Wong Kcomt, German Terán Chávez, Carlos Rázuri Ahumada, Felipe Ballena Guanilo, Julio Arroyo Cruzado, Luís Burgos Barrenechea, Quique Baigorria Ortiz, el Pajarito, el flaco Cochan y otros más que la memoria no recuerda o no fueron apuntados en la historia que cuenta y escribe la calle.

Una observación a la pequeña Semblanza
Creo que todos en Chepén teníamos siempre la costumbre de nombrar a don José Tejada Terán por su segundo nombre, Amancio. Después de buscar el origen o significado de este nombre, llegué a la conclusión que, posiblemente, fueron las damas que conoció quienes sabían que Amancio es un nombre propio masculino de origen latino que significa “amante, amoroso”, particularidad que creo lo distinguió y le dio mucho éxito con ellas, según nos contaron. Saludos, don Amancio…

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