sábado, 11 de junio de 2011

Crónica urbana: TRES EN MOTO


Por: Hugo Reina Goicochea
http://tierrahermoza.blogspot.com/

Es realmente increíble lo que sucede a diario en nuestra convulsionada, caótica e ingobernable ciudad de Cajamarca y alrededores. Y es que el ingenio popular y la informalidad, en todos sus aspectos, signan la vida diaria de los parroquianos que alberga esta, de todas maneras, pródiga tierra de los hijos del Cumbe; por la infinidad de infracciones a las más elementales disposiciones y normas consuetudinarias de convivencia social.

Si pudiere existir un infractómetro, que nos permitiere medir las infracciones de las conductas individuales y sociales de los cajamarquinos, sin lugar a dudas, este colapsaría, de hecho, solo en el periodo de prueba; dado que nos hemos convertido en los campeones olímpicos de la informalidad y transgresores de todo aquello que signifique respeto hacia uno mismo y hacia los demás.

Pero a lo que queremos referirnos es al uso de las denominadas motocicletas lineales, es decir las motos, que por miles, con placa o sin ella, circulan a diario por las saturadas calles de la ciudad y también por las carreteras; cuyos conductores, aprovechando de la versatilidad de las mismas, efectúan acciones temerarias que ponen en peligro su vida e integridad física, que podría ser lo de menos, pero que por su osadía y negligencia, ponen en alto riesgo la vida de inocentes transeúntes.

No es novedad, que los medios de comunicación informen, casi a diario, de los accidentes de tránsito que originan el uso de estos endebles vehículos motorizados, por el exceso de velocidad y acciones imprudentes de sus conductores, no en pocos casos con la pérdida de vidas humanas.

Lo condenable de estos hechos es que también sus conductores se resisten al uso del casco protector, que el Código de Tránsito, obliga como medida de seguridad, y por la pasividad de los agentes de tránsito que, en muchos de los casos, se hacen de la vista gorda, simplemente por no generarse conflicto con los infractores, no existe vigilancia alguna. Así de sencillo, la falta de intervención y sanción de parte de quienes son responsables del control del tránsito, favorece el incremento de la informalidad con este tipo de vehículos.

De manera anecdótica, en una de nuestras últimas ediciones, se informaba de la queja, por la falta de control policial en las carreteras, de un el conductor de motocicleta que fue embestida por un automóvil, que se dio a la fuga, que originó múltiples heridas y contusiones a él, su esposa y menor hijo, es decir: tres en moto.

Situación similar y que a diario podemos comprobar, es el traslado de niños y adolescentes por sus irresponsables padres en motos lineales, sin medir el riesgo y peligro a la que se exponen, y todo ello a vista y paciencia de la autoridad de tránsito, como si ello fuere lo más natural del mundo.

¿Qué hacer frente a tanta ignominia?. Solo esperar un milagro o a que a alguien se le ocurra cumplir con sus atribuciones y funciones. ¿A quién le corresponderá semejante hazaña?. Entre tanto, esperemos que no se produzcan, como en el juego de bolos, una chuza en moto